Ataques de Ansiedad

Ataque de pánicoLos ataques de ansiedad son mucho más habituales de lo que tendemos a pensar cuando los padecemos. Siguen siendo una puñeta aunque sepamos esto, pero comprender que no somos bichos raros supone un buen punto de partida.

¿Qué conviene recordar cuando tenemos un ataque de ansiedad?

  • Los ataques de ansiedad son reacciones normales, aunque desproporcionadas y de aparición caprichosa.
  • No tienen nada que ver con la salud física. Nos pueden dar y nos dan a todos, estemos sanos o enfermos.
  • Son procesos fisiológicos en los que el SNA (Sistema Nervioso Autónomo) se pone en marcha en su rama Simpática, activándose y cargándose de energía.
  • Suponen un mecanismo de defensa que se moviliza con la alarma y el miedo, y su misión es preparar a nuestro organismo para enfrentarnos a un peligro (luchar) o salir huyendo (llamadlos reminiscencias evolutivas).
  • Pueden desencadenarse tanto por un peligro real (nos atacan para robarnos, por ejemplo) como por uno imaginado («me voy a morir»), aunque en el primer caso los vemos tan normales y necesarios que nos pasan desapercibidos.
  • Los límites de la activación los pone nuestro propio organismo, y no van a ir más allá de lo tolerable por el mismo. El cuerpo no se mata ni se daña a sí mismo.
  • Una vez alcanzado un determinado nivel, nuestros síntomas dejan de subir y, si no nos asustamos, vuelven a bajar por sí solos, siguiendo una evolución similar al de la campana de Gauss.
  • No encierran ningún peligro para la salud física ni psicológica.

¿Cómo conviene actuar cuando tenemos un ataque de ansiedad?

  • Debemos concentrarnos en lo que estamos sintiendo, en lo que está ocurriendo en nuestro organismo. Eso es lo máximo que puede suceder.
  • Intentaremos dejar que pase, sin más. No va a ocurrir nada terrible, pero si pensamos que lo que nos ocurre es aniquilador o peligroso, nos asustaremos y provocaremos que tarde más en desaparecer.
  • Evitaremos luchar para eliminar la ansiedad. Pasará por sí sola en poco tiempo, y este tiempo será aún menor cuando comencemos a perderle el miedo.
  • Cuando nos encontremos más tranquilos, trataremos de reanudar lo que estábamos haciendo, poco a poco y sin sobreesfuerzos.
  • No debemos paralizar nuestra vida ni evitar lo que teníamos intención de hacer.

La ansiedad puede llegar a resultar muy desagradable, pero no es peligrosa. Y es más desagradable y duradera cuanto más nos asustamos de ella. Según vayamos conociéndola nos producirá menos temor, y con ello disminuirán tanto su frecuencia de aparición como la intensidad del malestar que nos genera.

Notaaunque me he referido a «ataques de ansiedad«, podría haber utilizado cualquiera de los sinónimos que aparecen en la literatura sobre el tema: ataque de pánico, crisis de ansiedad, crisis de pánico, panic attack, anxiety attack, nervous breakdown, etc.

Deja un comentario